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24,70 €La mayorÃa de las veces, cuando un pintor elige tratar un tema filosófico, pinta un texto. Un texto o una frase del texto, un momento de ese texto, una palabra incluso. Como pintar una idea resulta difÃcil, tiene que pintar un guiño que exprese esa idea en la que se resume todo el pensamiento del filósofo: ese guiño es un detalle, ahora bien el diablo está en el detalle. Lo que hay que ver en una pintura que llamarÃa filosófica es el detalle que resume esta filosofÃa.
Para Anaxágoras es un candil, unas verduras para Pitágoras, una jarra para Sócrates y Jantipa, unas lágrimas para Heráclito, una risa para Demócrito, una copa para Sócrates, una lámpara para Diógenes, una caverna para Platón, un cocodrilo para Aristóteles, una lanceta para Séneca, un pan para Marco Aurelio, una concha para AgustÃn, y esto para permanecer dentro de los lÃmites de la filosofÃa antigua.
De Pitágoras a Derrida, a través de Descartes y Kant, Montaigne y Rousseau, Voltaire y Nietzsche entre otros, en treinta y tres lienzos, por lo tanto en treinta y tres filósofos, Michel Onfray propone una historia de la filosofÃa a través de la pintura.